viernes, 24 de diciembre de 2010

"Madrileando" (1/2)


Sé que os tengo abandonados pero, aunque he estado "por ahí", he pensado en vosotros y me he hecho un guión día por día de las cosas interesantes, o no, que he visto, me han ocurrido, o simplemente quiero compartir con vosotros. Me da que esta entrada va a ser larga e, incluso, coñazo, la partiré en dos. Comprendo que no la leáis. "¿Qué nos importa tu vida ni lo que hagas?". Ni a mí.

Toda historia empieza desde el principio y el mío está en Plaza de Armas, porque yo también estoy en crisis y no tengo para la Alta Velocidad Española. Total que me fui en “gua-gua” como dirían los canarios (probablemente del inglés “wagon”) para Madrid. Seis horitas de nada con quince minutos de “descanso” (entre comillas porque es un descanso que cansa debido a la presión ejercida por el chófer durante el mismo). A las seis horas llegas a la estación de autobuses Méndez Álvaro, muy parecida a Plaza de Armas pero bastante más grande, eso sí, no tan bonita.

C.C. La Gavia (exterior)
Por la noche decidimos ir al cine y para ello fuimos a La Gavia, el centro comercial más grande de Madrid, es muy moderno y tienes de todo: tiendas de ropa para todos los gustos y de todos los colores; cine; bolera y demás “maquinitas”; un Ikea al lado; bares de todo tipo y para todos los paladares… y de entre tantos bares decidimos entrar al Vip´s, no me arrepiento (recomiendo las costillas con salsa BBQ). 

Balada Triste de Trompeta
Después de comer entramos al cine, Balada triste de trompeta de Alex de la Iglesia fue la elegida. El título está basado en la canción “Balada de trompeta” de Raphael y recomiendo la peli a todos aquellos que sean seguidores de Alex de la Iglesia, realmente no puedo ser crítico por mí mismo porque es la primera que veo de este tipo, pero tengo buenas fuentes y está muy en su línea, en este caso: mezcla de historia (el trasfondo es la Guerra Civil), humor, violencia (incluida de género), humor, sexo, final impresionante… y Carlos Areces como protagonista, la recomiendo.


Ya es sábado, es el gran día ya que he venido aquí para ver a Pereza en concierto. Pues, como merecía la ocasión, comenzamos bebiendo (igual que acabamos vaya) desde prontito, sobre todo para evitar que el concierto llegara a ser un fracaso. Y como ya íbamos bien medicados y no temíamos que nos desagradara la actuación, entramos al Palacio de los Deportes de Madrid, un lugar que adoro ya que los dos ratitos que he tenido la suerte de pasar allí son de esos momentos que creo que no olvidaré nunca. Rubén y Leiva estuvieron geniales, como de costumbre y, aunque me volvieron a faltar temas tremendos como “Princesas” y “Dos gotas”, “Por mi tripa” llenó el vacío que pudieran haber dejado las dos anteriores… bueno, “Por mi tripa” y el ron que seguía acompañándonos.
Leiva y Rubén. Pereza

Manu, Pedrerol y servidor
Tras el concierto fuimos a cenar. Repetimos en Vip´s y sólo una anécdota de aquí: nos encontramos con Josep Pedrerol, a los que os guste el fútbol supongo que lo conoceréis, el presentador de Estudio Estadio de la 2, aunque ahora está en la penosa “Intereconomía”, en la que por cierto hacen unos debates que te mueres de risa (si alguien ve algún debate de estos, que lo vea con sentido crítico no se vaya a equivocar, que lo que dicen en la televisión no siempre es verdad, es más, casi nunca es verdad).
Me gustaría, también, hacer mención aquí ya del increíble abuso de los Parkings en Madrid, en esta ocasión creo que fueron 0,05€ el minuto, el concierto duró dos horas y media, llegamos una hora antes y tardaríamos unos quince minutos en volver al coche. Ajusten cuentas.

El domingo fue, como no podía ser de otra manera, de resaca. Sólo destacable que no pudimos ir al Bernabéu a ver el Real Madrid – Sevilla por causas ajenas a nuestra empresa y que lo vimos en un bar lleno de humo debido al tabaco, situación que, con un poco de suerte, veremos solventada a comienzos de este 2011 que se acerca sigilosamente.

Y hasta aquí dejo la primera parte del viaje que, como estaréis comprobando, no ha estado tan mal. Pero más adelante hay más. Sé que esperaréis impacientes lo que resta, si os portáis bien os lo cuento.

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