Estudiando para el examen del lunes, de Relaciones Internacionales, concretamente la tesis de la paz democrática del liberalismo, me he topado con la Teoría de los Arcos Dorados de Thomas Friedman, la cual no conocía y me ha parecido tan curiosa como sorprendente.
En 1999, Thomas L. Friedman publicó en su libro The
Lexus and the Olive Tree la teoría de “los arcos dorados”. Según esta
teoría, dos países que tengan un McDonalds nunca tendrán un conflicto
armado. Esta versión de la paz democrática kantiana está
sustentada, según Friedman, en el desarrollo económico de los países: una vez
que se ha alcanzado un cierto nivel económico, los países pieden interés en los
conflictos armados y se centran en su desarrollo interno. La llegada de
McDonald’s es la señal del desarrollo económico de un país entero.
Esta ley ha tenido dos excepciones: el ataque de la OTAN a
Yugoslavia en 1994 y la guerra de las Malvinas. Aunque los partidarios más
ortodoxos de la ley incluso niegan que la primera fuera una excepción, ya que
no fue una guerra entre países sino entre Yugoslavia y una organización, la
OTAN. Y la segunda excepción no es tal ya que en Argentina el primer McDonald's
fue inaugurado en el año de 1985 y la Guerra de las Malvinas fue en 1982.
El sorprendente hecho que revela esta ley ha sido
interpretado de manera muy diversa:
- Para autores liberales y partidarios de la globalización supone la constatación de cómo los países con mayor libre mercado resuelven sus diferencias de forma pacífica, y cómo la extensión de la globalización debiera extender la paz al aumentar la interdependecia económica y cultural entre los pueblos; al contrario el proteccionismo estatal daría menores incentivos para mantener la paz.
- Por el contrario, autores marxistas y miembros del movimiento antiglobalización interpretan este hecho como la constatación de la hegemonía norteamericana sobre el modelo de globalización y, sobre todo, como un indicio más de que las decisiones clave en materia política ya no la marcan los gobiernos democráticos siguiendo el interés general, sino las multinacionales siguiendo su interés comercial.
Sin embargo Friedman no aclara algo: ¿por qué la llegada de
McDonald’s es la señal de la ‘paz perpetua’ y no la llegada de Burger King?
McDonald’s está presente en 125 países y Burger King está en 73; las dos son
cadenas de comida rápida con miles de kilocalorías por producto; las dos venden
hamburguesas, papas y refrescos. Entonces, ¿por qué McDonald’s y no
Burger King?
He estado buscando por este mundillo de internet y he encontrado varias razones y respuestas a esta cuestión:
La paz perpetua de McDonald’s
El desarrollo económico y democrático de un país determina
en gran medida su postura ante el mundo. Kant aseguraba que al extender la
democracia a todo el mundo, se iba a lograr la paz perpetua, pues
dos democracias nunca se enfrentan en una guerra. Igualmente, Przeworski y
Lipset otorgan un papel preponderante al desarrollo económico para lograr una
estabilidad interna y externa. Sin embargo, esto no es suficiente.
La población de un país democrático y con un alto PIB per
cápita puede querer sangre y guerra. Esta conclusión contradice las teorías
económicas y políticas acerca del comportamiento de los países en el
contexto internacional.
Entonces, ¿cómo podemos entender esto? La
presencia de un McDonald’s o un Burger King en el país marca la diferencia. Un
país en el que predomine un McDonald’s será más pácifico que un país en el cual
haya un gran número de Burger King. Las razones no son obvias, pero son
contundentes:
1. McDonald’s promueve la igualdad democrática. Burger
King justifica el dominio tiránico.
Cuando una persona llega a Burger King puede pedir una
corona de rey de cartón. Este objeto, aunque parezca inocente, exalta
sentimientos de superioridad y dominio tiránico sobre los demás. Pequeñas
bromas pueden surgir: “Yo soy el rey, dame de tus papas” o “Quiero más ketchup porque soy el rey”. Las risas inocentes despiertan sentimientos de superioridad
e inferioridad que, tiempo después, causarán problemas reales entre la
población: enfentamientos, manifestaciones, ataques terroristas, asesinatos en
serie, golpes de estado, etc. Nadie estará conforme con el status quo.
Los que utilizaban la corona de cartón querrán más poder, y los que no tenían
la corona, querrán derrocar a quien tiene el poder.
McDonald’s promueve una igualdad democrática perfecta. Todos
los clientes son iguales. Ningún cliente puede mandar sobre los otros porque
ninguno es superior por derecho. McDonald’s hace inferiores a sus empleados
para que los clientes puedan desquitarse con ellos, justo lo que pasa en una
democracia con los servidores públicos. Cualquier problema que exista será
culpa de un empleado, y tenemos derecho a gritarle, pegarle,
escupirle, insultarle y hasta meter su cabeza en el aceite hirviendo de
las papas. McDonald’s invita a tratar igual a los iguales y desigual a los
desiguales.
2. McDonald’s promueve el voto ciudadano. Burger
King incita a la protesta violenta.
¿Alguna vez han intentado pedir en McDonald’s una
hamburguesa personalizada? Hagan la prueba. La primera reacción del cajero o
cajera será una expresión de disgusto, seguida de una mirada rápida a todos los
clientes que debe atender después de que esta persona insatisfecha termine su
orden. La señal es clara: McDonald’s ha hecho hamburguesas durante cinco
décadas y no necesita que corrijan su receta. Otra cosa que debe quedarnos
clara es que McDonald’s no nos necesita. Si no compramos la hamburguesa porque
no la personalizaron, habrá millones más que sí la comprarán. Nuestra acción no
tiene peso real.
Esta enseñanza es muy útil para la democracia: tú eres un ciudadano
más, tus decisiones no tienen peso y lo único que puedes hacer es elegir entre
dos o más partidos políticos. El país sigue en movimiento aunque dos personas se abstengan de votar. ¿Acaso pensaban que llegaría el fin del
gobierno y que de pronto todos escucharían lo que opinan?
Burger King promueve la insatisfacción entre las personas.
Cuando llegas a Burger King lo primero que lees es “Personaliza tu
hamburguesa”. Eso, por supuesto, es una tentación que pocos pueden resistir.
“Quiero mi hamburguesa con doble de bacon; queso blanco, amarillo y azul; mucha
grasa; no quiero que tenga verduras ni tomate; agréguele doble ración de pan
y si es posible, quiero que la fría en el aceite hirviendo”. La corta y obesa
vida de esa persona será un triste engaño: “yo puedo decirle a los políticos
qué quiero, y puedo exigirles que hagan las cosas que me gustan más”.
Los países con muchos Burger King como Estados Unidos (en
donde está el 89% de las tiendas) estarán llenos de gente
quejica, insatisfecha, obesa y con la idea de que sus ideas
individuales tienen suficiente peso para cambiar a toda la maquinaria del
gobierno. Por supuesto, todos serán radicales, gritones y dispuestos
a manifestarse violentamente por cualquier cosa.
3. McDonald’s vacía los mercados (oferta = demanda).
Burger King mantiene la economía en desequilibrio.
¿Cuánto refresco puedes tomar en Mcdonald’s? Sólo el
refresco que te sirven en el vaso que compraste.
¿Cuánto refresco puedes tomar en Burger King? Todo el
refresco que puedas, pues puedes rellenártelo infinitamente.
¿Cuáles son las consecuencias de estos dos sistemas? Los
clientes de McDonald’s saben que sólo tienen un vaso de refresco para su
comida, y adaptan sus preferencias a esta situación. La demanda se adapta a la
oferta y los mercados se vacían. McDonald’s no tiene que dar más refresco a
quienes no administraron correctamente su bebida, y el cliente no desperdicia
el refresco porque adaptó sus necesidades a la cantidad de su vaso.
Por otra parte, los clientes de Burger King no saben
administrar su refresco porque pueden tomar todo el que quieran. Burger King
provee más refresco que el necesario, lo que aumenta la demanda -aunque el
cliente ni siquiera tenga sed- y causa grandes desequilibrios: refresco
desperdiciado, gente empachada, muertos por sobredosis de azúcar, etc.
En una sociedad sin control de la oferta y la demanda, el
desequilibrio del mercado causa grandes problemas: desabastecimiento de bienes,
inflación, guerras, pestes, terremotos y ataques terroristas. Una vez más,
McDonald’s mantiene a la sociedad tranquila y sin necesidad de enfrentamientos.
Y ahora sigo estudiando.